Durante más
de ocho años estuve trabajando en mi propio centro infantil, donde nos
encontrábamos con niños desde los 6 meses hasta los 5 o 6 años, ya que por las
tardes teníamos servicio de Ludoteca, algunas de las preguntas más frecuentes entre los padres, eran sobre el sueño de sus hijos, la mayoría no presentaba
ningún trastorno del sueño, pero si se quejaban de que su pequeño no dormía
toda la noche, que lloraba sin parar, que quería despertarse sin motivo
aparente y que lo único que parecía consolarlo era estar en brazos de mamá,
cosa que no todas las madres podían hacer si a la mañana siguiente tenían que
irse a trabajar. Muchas me pedían desesperadamente que mantuviéramos despierto
a su pequeño para que al llegar a casa durmiera, lo cual en muchas ocasiones
era físicamente imposible.
No dormir puede
provocar problemas tanto físicos como psicológicos ya que el sueño es reparador
y pasamos una tercera parte de nuestra vida durmiendo. Una de las finalidades conocidas del sueño
es la de permitir (a través del reposo del cuerpo) la restauración de las
funciones vitales y energéticas. El sueño constituye
una serie de procesos activos y no es una mera desconexión fisiológica pasiva
de la vigilia. Esto le ocurre, no sólo a nuestros pequeños, sino a los
sufridores padres y madres que no tienen la opción de dormir en otro lugar (la
guardería).
Los padres
sufren mucho las somnolencias de sus hijos, ya que tienen que atenderlos, estar
alerta, en muchas ocasiones pelear con la pareja, que por falta de sueño se
encuentra de mal humor. Por ello es importante conocer lo que el bebé necesita
y cómo podemos conseguir que nuestro pequeño duerma a la hora que nosotros
necesitamos dormir.
Algunos
investigadores hablan de la importancia de inculcar rutinas desde el momento
del nacimiento, pero sin duda esto no es del todo posible, las rutinas, tal y
cómo las entendemos los adultos, son demasiado exigentes para los pequeños de la
casa, el primer trimestre de vida la tarea del niño es adecuarse a la vida
fuera del útero, el niño duerme de 16 a 17 horas por día, y se despierta para
saciarse (alimentarse) y vuelve a quedarse dormido, por lo que sólo se
despierta cuando tiene hambre, poco a poco va permaneciendo despierto por un
tiempo breve después de la comida.
Hacia las
seis semanas, el niño empieza a mostrar un periodo diario de sostenida vigilia,
que suele presentarse por la tarde, por lo que es muy importante que las
siestas se hagan con luz y algo de ruido, así el pequeño entenderá que aunque
puede dormir es diferente a la noche, donde todos dormimos. No es nada
recomendable evitar ruidos, cerrar persianas... ya que sólo se acostumbrará a
dormir en ese estado, lo cual, no será nada beneficioso cuando estemos de viaje, venga familia a casa o haya que salir a comprar. Además es importante que el
sueño del bebé a la hora de la siesta no sea tan profundo como el de la noche,
que es el reparador. Un detalle a destacar es que los niños nacidos
prematuramente tienen una pauta algo diferente, al comienzo, tienden a dormir
más que los que nacieron en término.
A partir de
los 4 o 6 meses depende del desarrollo del bebé, algunos son maduros antes y
otros algo después, el bebé no sólo se despierta para comer, sino que empieza a
explorar, quiere jugar, analizar, investigar y aprender, por lo que a estas
edades es cuando empiezan a resistirse a dormir, de aquí todas esas madres que
te dicen, - no lo entiendo, si antes dormía muy bien y ahora no hay manera de
acostarlo. Es biológico!! A tu bebé no le pasa nada, ya se ha adaptado a su
nuevo medio, ya no recuerda el útero materno, y su cerebro, su visión y su
psicomotricidad empiezan a estar preparados para aprender, tener que irse a
dormir les resta tiempo de aprendizaje y eso no les gusta nada. Por eso lo ideal es utilizar ese
momento como un nuevo aprendizaje y que sea una experiencia positiva. Ahora es el
momento de introducir rutinas, pero ATENCIÓN!! No nos volvamos locos,
rutinas fáciles y que puedas realizar en cualquier sitio, porque si tus rutinas
son; contarle historias, hacer el avioncito, que vea la tele y pasearlo con el
colche por la ciudad, eso es exactamente lo que te exigirá el pequeñín todas
las noches para dormir a pierna suelta.
Lo mas aconsejable es ir realizando actividades tranquilizadoras, en una ocasión
una madre me dijo que a ella bañar a su pequeña antes de dormir no le
funcionaba, le pregunté cómo hacía el baño y me contestó que bailando, cantando
tirando los patitos por el aire… eso activa, no relaja, por tanto da igual las
rutinas que elijas utilizar, pero recuerda que desactiven y vayan avisando de
que pronto vamos a dormir. Una rutina que funciona muy bien es un pequeño
balanceo en los brazos con una pequeña canción tarareada, aunque es importante
utilizarlo para preparar el momento de ir a dormir, no para dormirlo en brazos,
lo cual es muy diferente, con esta afirmacion podemos entrar en controversia, ya que entramos en el eterno debate... Quiero que mi hijo duerma
sólo o por el contrario quiero que mi hijo simplemente duerma, y si es con nosotros no me
importa.
Son dos
formas de ver la enseñanza del sueño muy diferente, por un lado nos encontramos
con una visión más conductual que se ocupa de rutinas diseñadas para que el
bebé aprenda a dormir sólo y de manera independiente, defensores de estos
métodos son Ferber, Estivill, si crees que es lo ideal para ti, entonces tienes
claro que tu niño no duerme bien porque ha adquirido unos hábitos incorrectos y
el tratamiento más eficaz, es la reeducación de los hábitos del sueño.
¿Cómo?
-
Con normas conductuales que los padres deben aplicar con firmeza y
afectividad. Estas normas
están propuestas por las principales Sociedades de Patologías de Sueño y
Pediatría (American Academy of Pediatrics, American Society Sleep Disorders y
la Sociedad Española de Sueño).
-
El niño debe dormir sólo en su cuna y los progenitores deben
comprobar que está bien, y consolarlo con palabras, para que el pequeño
entienda que llorando no va a conseguir que sus padres estén toda la noche
despiertos para que él duerma.
Si lo que queréis es que vuestro bebé duerma
sólo, y de manera independiente entonces os recomiendo que os leáis el libro del Doctor
Eduard Estivill “Duérmete
niño” . Este libro explica
las pautas a seguir, los tiempos de visita y cómo consolar a tu bebé, al
principio es duro, pero es muy muy efectivo.
Por
supuesto a pesar de que miles de personas han utilizado este método y están
encantadas con él, muchas otras lo ven desnaturalizado y cruel. Por ello es
importante que conozcáis que existen otros métodos que se centran en la crianza
natural, estos métodos defienden que el niño debe dormir con sus progenitores
hasta que esté preparado para dormir sólo, ya que el sueño es innato y el bebé necesita la protección de los padres o progenitores. Estas teorías se centran en el colecho, que cómo se ha explicado anteriormente, se basa en dormir con los progenitores, algunas de sus ventajas son:
- Minimiza el riesgo de síndrome de muerte súbita del
lactante, ya que el bebé sincroniza su respiración con la de la madre.
- Ayuda a "aprender " a pasar de una fase del sueño a otra.
- Para un recién nacido lo principal es sobrevivir.
- Si se siente acompañado y sus necesidades satisfechas será un bebé
más tranquilo.
BUENAS
NOCHES Y DULCES SUEÑOS!!!
Helena
Pascual Ochando
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